¿Qué resolución necesito?

La calidad de imagen no viene dada sólo por la resolución.
Y no soy el único en afirmarlo. Todos los fotógrafos, y ahora ya por fin los directivos de las grandes compañías fabricantes de cámaras así lo afirman.
Cuando vamos a comprar una cámara digital, ya sea réflex, compacta o cualquier tipo de diseño intermedio, la primera característica que nos entra por los ojos y los oídos es el dato de la resolución.
Mi consejo es que no te dejes cegar por la cantidad de megapíxeles (es decir, millones de células fotoeléctricas) que tiene el sensor de la cámara, y sopeses el resto de las características de la cámara.
Durante mucho tiempo, la carrera de los megapíxeles ha sido más una cuestión de marketing y ventas que de necesidad tecnológica. Se vendía mejor una cámara de 6 megapíxeles que otra de 4, aún cuando las fotografías realizadas con la cámara de menor resolución fueran objetivamente de una calidad superior y la cámara fuera algo más barata.
La función del sensor de cualquier cámara consiste en registrar con rapidez y precisión la luz que incide sobre su superficie. Para ello, además del impresionante trabajo electrónico e informático que hay en cada cámara, es muy importante que cada una de las células fotoeléctricas sea lo suficientemente grande, en tamaño físico, como para cumplir su función.
¿Escéptico?
Las cámaras tope de gama de Canon y Nikon, con sensor tamaño Full Frame de 24 x 36 mm., la Canon EOS-1D X y la Nikon D4 tienen respectivamente 18 y 16 megapíxeles de resolución, mientras que sus hermanas tope de gama a las que sustituyen tienen respectivamente 21 y 24 megapíxeles.
Un sensor de menor resolución, con el mismo tamaño físico, tiene cada fotocélula de mayor tamaño físico, lo que le permite recibir mayor cantidad de luz en el mismo tiempo. Más luz es más información. Y más información da una foto de mayor calidad.
Un sensor de menor resolución, a igualdad de tamaño físico, hace también más fácil mantener a raya el ruido si aumentamos el ISO.
Y por último, muy importante para los fotógrafos deportivos, un sensor de menor resolución permite disparar muchas mas fotos por segundo, lo que facilita capturar el momento perfecto en una secuencia deportiva.